miércoles, 2 de octubre de 2024

LOS OTROS ACAHUALINCA EN LOS ORIGENES DE LA HUMANIDAD

En los documentos bíblicos y parabíblicos se encontraron al menos tres Acahualinca que el tiempo u oscuros intereses han hecho desaparecer. Veamos quienes fueron.

Acahualinca el Incubo

Primogénito de Adán y Lilith, nació fuera del Edén después de que Lilith lo abandonara por la actitud dominante de Adán, quien sólo deseaba sexo en la posición del misionero. Este hijo fue devuelto al padre por orden del Creador ante las quejas de Adán que reclamaba la patria potestad y la custodia del hijo común, aduciendo las malas referencias morales y el mal ejemplo de Lilith tras irse del Edén al Mar Rojo y dedicarse a la fornicación. Acahualinca, que nunca llegó a vivir en el Paraíso, no fue bien recibido por Eva, la nueva mujer de su padre, quien rechazaba la presencia inesperada de aquel adolescente en sus vidas. Apenas llegó al hogar paterno fue acosado por su madrastra de distintas formas haciéndolo sentir inferior a sus propios hijos, llamándole “El Incubo” (un demonio de forma masculina que busca tener sexo con mujeres dormidas en referencia a su Madre y hermanos maternos o quizás en forma de sugerencia solapada) y quién sabe si de algún otro modo intentando hacerlo desagradable ante los ojos de Dios. Se dice que fue él quien manipuló a su hermanastro Caín contra Abel, desembocando en el episodio de violencia intrafamiliar conocido por todos en que Abel perdió la vida. Hay quienes aseguran la existencia de documentos probatorios de que este primer Acahualinca y su madrastra Eva tuvieron una relación incestuosa a espaldas de Adán de la cual nació un hijo que además sería sobrino del llamado íncubo.

Acahualinca el Primigenio

Este Acahualinca fue el tercer hijo de Adán y Eva (o el primero de Eva y Acahualinca el Incubo según la versión que decidamos creer). Fue su madre quien al nacer lo nombró Acahualinca, lo cual resulta raro por la mala voluntad que le tenía a su hijastro, pero al poco tiempo ante la evidente suspicacia de Adán, decidió cambiarle el nombre y llamarlo Seth ("el sustituto") afirmando que “Dios había colocado otra simiente en ella para sustituir al hijo muerto”, aunque quizás no fue precisamente Dios quien colocó esa simiente en Eva. 

Acahualinca el Primigenio, ahora llamado Seth, fue el padre de Enós, Enós el de Cainán, Cainán lo fue de Malael, Malael de Jared, Jared de Enoc, Enoc de Matusalén, Matusalén de Lamec y Lamec de Noé (llamado inicialmente Acahualinca por su padre y conocido como “El albino” por el color de su piel)

Acahualinca el Albino

Acahualinca el Albino es descendiente directo de Seth (Acahualinca el Primigenio) y quizás de Acahualinca “El Incubo”, pero en una versión u otra siempre sería descendiente directo de Adán. 

De Seth nacieron hijas e hijos, entre ellos Enós, el primogénito, de cuya descendencia surgió Noé quien al nacer fue llamado Acahualinca por su padre Lamec al ver su aspecto físico único y en memoria de aquel otro Acahualinca, que para todos había muerto sin descendencia. 

Lamec, al ver a su hijo (totalmente diferente a los demás niños por el color de su piel, tan blanca como la nieve) dudó no sólo que fuera suyo sino que pensó en un origen demoniaco de la criatura y antes de repudiar al hijo y a la madre pidió consejo a Matusalén, su padre y abuelo del niño, quien a su vez fue a solicitarlo al suyo, Enoc. Enoc no solo le dijo a Matusalén que Lamec debía aceptar la paternidad de aquel hijo sino también que debía nombrarlo Noé pues sería superviviente de un Diluvio que ocurriría 600 años más tarde. Matusalén así lo hizo y Lamec, satisfecho con lo dicho por su Abuelo, hombre justo que subió al cielo y caminó con Dios, cambió el nombre al niño. De esa forma desapareció el último Acahualinca antediluviano del que se tengan noticias.

Todos estos datos se encontraban recogidos en la primera parte del Génesis Apócrifo o Apocalipsis de Lamec, uno de los textos parabíblicos descubiertos en Qumran, Cueva I en las cercanías del Mar Muerto, que contenía una conversación entre Lamec y su hijo Noé. Dicho documento incluía una narración exhaustiva de la historia de Adán, Eva y su descendencia desde sus inicios hasta justo el nacimiento de Noé, momento a partir del cual comienza la conversación encontrada en los rollos descubiertos del llamado Génesis Apócrifo. Toda esa parte inicial ha desaparecido. ¿Verdad o mentira? ¿Casualidad? Nadie puede saberlo tantos años después pero quizás todos seamos descendientes de aquellos Acahualinca que perdieron el nombre porque era necesario cambiar el relato para hacer desaparecer cualquier posible papel demoniaco en el origen de la humanidad.

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